En las redes sociales se venden, e incluso se reparten en aparcamientos, peligrosos kits de blanqueamiento dental que contienen más de 500 veces el límite legal de lejía, según ha revelado una nueva investigación.
Según la ley del Reino Unido, los productos que contienen más del 0,1 por ciento de peróxido de hidrógeno, un agente blanqueador utilizado para eliminar manchas, sólo pueden ser utilizados por dentistas calificados o profesionales registrados en el Consejo Dental General (GDC).
Los geles blanqueadores utilizados en las clínicas están limitados a un 6% de peróxido de hidrógeno, pero una investigación de la BBC North West descubrió que productos con niveles muy por encima de este umbral se vendían abiertamente en línea.
Los reporteros encubiertos pudieron obtener certificaciones de blanqueamiento dental falso e incluso se les animó a utilizar «superblanqueador» y «practicar con amigos y familiares».
Algunos vendedores ofrecían jeringas con concentraciones de peróxido tan altas que podían provocar quemaduras graves y daños bucales permanentes.
La Asociación Dental Británica (BDA) dijo que estaba «consternada» por los hallazgos y pidió al gobierno que lance una ofensiva urgente.
Un portavoz dijo: «Estamos consternados porque se ofrece la llamada ‘formación’ a través de las redes sociales y se venden jeringas con peróxido de hidrógeno al 50% en los aparcamientos».
«Para estos estafadores, el riesgo debe parecer digno de la recompensa».
Los expertos advierten que el uso de productos no regulados puede provocar quemaduras químicas, erosión del esmalte, daño a los nervios e incluso pérdida de dientes.
El Dr. Sam Jesswa, dentista cosmético y fundador de Bespoke Smiles, dijo al Daily Mail: “Hay una razón por la que los dentistas son las únicas personas legalmente autorizadas a realizar tratamientos blanqueadores que contienen niveles máximos permitidos de peróxido de hidrógeno.
“Estamos muy preocupados al descubrir que se venden kits que superan con creces estos límites en Internet y en las peluquerías.
«Pueden dejar cicatrices permanentes en las encías, destruir el esmalte dental e incluso causar una emergencia si se ingieren».




