Guillermo del Toro está abrumado por la respuesta a Frankenstein.
El cineasta de 61 años se encuentra escribiendo y dirigiendo una nueva película basada en la novela de Mary Shelley de 1818, y Guillermo confesó estar sorprendido por la respuesta del público a su proyecto.
El director explicó a The Hollywood Reporter: «Lo que me parece una locura es la reacción del público. Nunca había tenido una reacción como ésta en 30 años. Es un enorme tsunami de amor».
“Recibo comunicaciones públicas y privadas de cineastas que admiro profundamente y hablo de sus películas con admiración y orgullo”.
A pesar de esto, Guillermo ha tenido problemas desde que se estrenó la película, admitiendo que la película ha dejado un vacío en su vida.
Dijo: «Durante el rodaje y el estreno de la película, me encontré en la forma más grave de depresión posparto. Me sentí abrumada y no podía ver el horizonte».
Oscar Isaac interpreta al barón Victor Frankenstein, un cirujano que intenta crear vida a partir de la muerte en la película Frankenstein, y recientemente admitió que disfrutaba interpretando a un personaje «sin libertad».
«No sé si alguna vez me he quedado estancado en algo», dijo Oscar a Teyana Taylor de Variety.
«Después de ‘Frankenstein’, lo pasé muy mal cuando asumí otro proyecto. No fue hasta que traje a Víctor para hablar un poco que me di cuenta… Después de ‘Frankenstein’, estaba interpretando a un pequeño personaje muy apretado, y Víctor todavía estaba allí, enojado por tener que interpretar a este pequeño y triste tipo».
«Había algo muy liberador y divertido en interpretar a Víctor. Es un personaje amante del placer, un poco como Perfidia. Hay algo en interpretar a alguien que es tan libre, que ignora el juicio moral, y es esa energía vitalista la que resulta realmente emocionante y divertida de interpretar. Fue muy difícil alejarse de eso».
Oscar explicó que en realidad desarrolló su propio ritual mientras filmaba la película.
«Comencé a agregar rituales. Me levanto por la mañana y hago un pequeño ritual para preparar mi sistema nervioso. Para agradecer a mis antepasados y comenzar desde un lugar de apertura. Y al final del día, lo que es más importante, hago un pequeño ritual y digo: ‘Gracias, cuerpo’. Gracias por estar abierto. Ahora puedo dejarlo ir. Tengo hijos y cosas que hacer, así que ya no necesito tu ayuda».




