Más de 1,6 millones de automovilistas están demandando a cinco fabricantes de automóviles por acusaciones de que manipularon las pruebas de emisiones en el prolongado escándalo «Dieselgate», enfrentando la demanda colectiva más grande en la historia legal británica.
Una audiencia en el Tribunal Superior que comenzará el lunes (25.10.13) examinará las acusaciones de que Mercedes, Ford, Peugeot/Citroën, Renault y Nissan instalaron «dispositivos de desactivación» ilegales en sus automóviles diésel: software que puede detectar cuándo se está probando un automóvil y alterar el rendimiento del motor para reducir las lecturas de contaminación.
Aunque el fabricante niega haber actuado mal, la magnitud del incidente no tiene precedentes. Alrededor de 220.000 propietarios de automóviles han presentado demandas contra cinco marcas hasta el momento, y se espera que nueve fabricantes más enfrenten demandas similares dependiendo del resultado, dijeron los abogados.
El incidente ocurrió 10 años después de que estallara el escándalo del «Dieselgate». En ese momento, se reveló que millones de vehículos emitían gases tóxicos en las carreteras en niveles muy superiores a los que mostraban las pruebas de laboratorio. Los expertos dicen que la contaminación excesiva ya ha matado a unas 16.000 personas en el Reino Unido y ha contribuido a 30.000 casos de asma infantil, y se espera que provoque otras 6.000 muertes prematuras en los próximos años a menos que se tomen más medidas.
A diferencia de Alemania y Estados Unidos, donde los fabricantes de automóviles han sido multados y obligados a retirar los vehículos afectados, el gobierno del Reino Unido aún no ha tomado medidas coercitivas, lo que deja a los propietarios de automóviles sin otra opción que buscar justicia a través de los tribunales.
Martin Day, del bufete de abogados Leigh Day, uno de los 22 equipos legales que representan a los automovilistas, dijo a la BBC: «Diez años después de que el escándalo Dieselgate saliera a la luz por primera vez, 1,6 millones de automovilistas británicos tienen ahora la oportunidad de demostrar ante los tribunales si sus coches contienen tecnología para engañar en las pruebas de emisiones».
Y añadió: «Si se confirma, esta afirmación representaría una de las violaciones más atroces de la confianza corporativa en los tiempos modernos y mostraría que millones de personas están respirando gases de escape mucho más dañinos de lo que les dicen».
Se espera que el fallo del tribunal superior tenga un impacto importante en la industria automotriz mundial, con pagos potenciales que alcanzarán miles de millones de dólares y nuevos llamados para regulaciones más estrictas sobre las emisiones de los vehículos.




